6 artistas indígenas mexicanos cuyo trabajo debemos tener en la mira
México es un país con una escena artística vibrante que se alimenta también de la multiculturalidad de nuestra nación. Basta con abrir un libro de historia para recordar que por todo el territorio se han desarrollado distintos pueblos con sus propias lenguas, estéticas, cosmologías y formas de expresión artística. No obstante, lo más importante es que estas culturas siguen vivas e involucradas con los temas actuales y la vanguardia artística. Estos son algunos artistas indígenas mexicanos que vale la pena tener en el radar, sobre todo si eres amante del arte.
Carlomagno Pedro Martinez
Nacido en una familia de artistas en el pueblo de Coyotepec, Oaxaca en 1965, Carlomagno Pedro Martínez se ha merecido la atención de coleccionistas, curadores y amantes del arte por su visión contemporánea y auténtica de la riqueza cultural de su tierra natal. Su formación en las técnicas de alfarería tradicionales inició cuando tenía apenas cuatro años, y hoy en día, el barro negro sigue siendo uno de los elementos centrales de su obra. Su trabajo como artista indígena mexicano explora la dualidad entre lo ancestral y lo moderno, e integra elementos de la cultura mixteca y zapoteca en contextos actuales que reflexionan respecto a la identidad en un mundo globalizado. En la CDMX, puedes encontrar su trabajo en la Galería DeCorazón en San Ángel.
Mitzy Juárez
La ilustradora y diseñadora editorial indígena mexicana originaria de Villa de Tamazulápam del Progreso, en la región Ngiba-Ngigua en Oaxaca. Su obra utiliza elementos representativos de la flora, fauna y estética de su tierra natal para ilustrar temáticas del mundo contemporáneo, tendiendo un puente entre el presente y los saberes ancestrales que nos recuerdan que las comunidades originarias son culturas vivas involucradas activamente en el quehacer moderno. Participa principalmente en talleres y proyectos editoriales comunitarios que preservan y difunden las lenguas, tradiciones y costumbres indígenas, como la editorial Semilla Corazón.
José Ángel Santos Juárez
Mejor conocido como Ángel Santos, este artista indígena creció en el pueblo de Tonalá, Jalisco, aprendiendo desde pequeño el arte del barro bruñido, el cual ha perfeccionado a lo largo de su carrera para crear desde piezas en miniatura hasta murales de gran escala. Una vez más, su obra nos recuerda la enorme maleabilidad y versatilidad de las técnicas tradicionales para amoldarse no solo a distintos formatos, sino también a temáticas y momentos históricos. Así, el maestro alfarero se ha dedicado a la promoción de la cerámica y a la valoración artesanal como un arte a la par de cualquier otro.
Griss Romero
Originaria del pueblo de Chilapa de Álvarez en el estado de Guerrero, Griselda Romero Vázquez —quien firma su obra simplemente como Griss Romero— es una artista nahua cuya obra explora y retrata su identidad como mujer indígena, integrando elementos de su cosmovisión y su lengua. Además de su obra plástica, también ha incursionado en el mundo de la danza y de la docencia, buscando siempre visibilizar a los pueblos originarios del estado de Guerrero.
Héctor Adrián Mendoza
Este artista jóven originario del pueblo de Santa Cruz Xoxocotlán, Oaxaca inició su formación desde niño en el taller de Artes Plásticas Rufino Tamayo, y desde entonces comenzó a desarrollarse en distintas disciplinas que actualmente hacen de su obra una mezcla de collage, tela, ceras, acuarela y óleo. Sin duda, es uno de los artistas indígenas mexicanos que vale la pena tener en la mira, pues además de su producción artística, también participa activamente en eventos, talleres y espacios culturales.
Filogonio Naxín
Nacido en la comunidad de Mazatlán Villa de Flores, Oaxaca, Filogonio Velasco Naxín es un pintor mazateco cuyo trabajo se ha expuesto de forma individual y colectiva en más de 20 ocasiones en museos y centros culturales en distintos estados de la República. Promotor empedernido de la lengua mazateca, desde muy temprana edad Filogonio encontró en el arte una forma de expresión más allá del lenguaje, desarrollando un estilo casi surrealista lleno de símbolos e identidades multiculturales.