Exposición muestra la influencia de José Luis Cuevas a través de artistas modernos
Como artista, el dibujante y escultor José Luis Cuevas (1931-2017) dejó un significativo legado de obra gráfica y plástica que desarrolló durante la segunda mitad del siglo XX, en oposición a los cánones estéticos nacionalistas del movimiento muralista que le precedieron. Su trabajo como gestor cultural también fue pieza clave para la conformación y exhibición de nuevas propuestas creativas afines a la suya, pero también de otras que en la actualidad siguen siendo parte del escenario artístico de México
Para destacar esta faceta poco conocida de Cuevas, así como el valor de su obra, la exhibición “Reflejos de un legado”, que se inaugura este jueves a las 19:30 en las instalaciones del Museo José Luis Cuevas, exhibirá 120 dibujos y 35 esculturas de su autoría, en compañía de las obras de 21 artistas, que forman parte de su acervo y que ayudó a su proyección.
“En su labor como gestor, Cuevas estableció alianzas y afectividades estratégicas para conseguir espacios y promover tendencias y movimientos, una característica de los artistas desde finales del siglo XIX. En este sentido, Cuevas, siendo parte protagónica de la generación de La Ruptura y de su proceso, fue un abridor de espacios alternativos a la corriente dominante de la Escuela Mexicana de Pintura. Pero más allá de eso, supo cultivar muy bien la amistad, no sólo con artistas sino con personajes de todos los ámbitos de la cultura”, explicó Jorge Reynoso Pohlenz, curador de la exposición, en entrevista con El Sol de México.
LOS AMIGOS DE CUEVAS
Dividida en tres partes, la exhibición recopila además de las piezas de Cuevas, 37 de otros artistas, de las cuales la mayoría pertenecen al acervo del mismo museo.
Entre las firmas que componen este catálogo se encuentran nombres de contemporáneos a Cuevas, algunos entonces muy jóvenes, pero que se encuentran en activo actualmente, como Roger von Gunten, Guillermo Ceniceros, Carlos Agustín, Gabriel Macotela, Esther González, Arnaldo Coen, Jazzamoart, Dalia Monroy, Fernando Leal Audirac, y Gustavo Monroy.
“La influencia de Cuevas aún es muy latente entre el círculo artístico mexicano. Hay que pensar que en la década de los 80, para muchos artistas que estaban empezando, el tener amistad o enemistad con él era parte de su itinerario de desarrollo artístico”, opina el curador, quien dice que la misma Generación de la Ruptura se caracterizó por la diversidad de propuestas y diferencias generacionales, que al final tuvieron encuentro, en parte por el mismo Cuevas.
MIRADA CURIOSA
Otra de las partes de la exhibición se compone de una selección de dibujos y grabados, los cuales dan fe de su evolución artística, “desde que empuñó un lápiz y un pincel, hasta que comenzó a utilizar una gubia para tallar madera”, en las que el Cuevas exploró diversas formas de representación del cuerpo humano.
“Muchas veces las exposiciones de Cuevas están centradas en un personaje protagonista de su obra que se llama José Luis Cuevas; pero en este caso la obra gráfica muestra más la curiosidad en su mirada. Él trabajaba todos los días, estando en cualquier parte, así que esta sección puede leerse como un diario, en el que mezclaba la experiencia real con inspiraciones literarias” agregó el curador, quien aseguró que en la obra de Cuevas se pueden ver claras evocaciones a autores como Kafka y Balzac.
Aunque se da una idea de la evolución de Cuevas, en realidad no se trata de una muestra cronológica, sino “las variedades de técnicas, papeles y maderas”, que eran para Cuevas, “mucho más que meros soportes” para su expresión artística.
ESCULTOR DE LO HÍBRIDO
La última parte de la exhibición está enfocada en la obra escultórica, tomando como centro la obra que inauguró el interés de Cuevas por esta forma de expresión: “La giganta”, la cual es la de mayor formato y resulta inaugural, pues —cuenta Reynoso—el dibujante buscaba la realización de una pieza que pudiera servir para el Museo José Luis Cuevas, que, bajo su cargo, abrió en 1992.
“Él tal vez no tenía una formación como escultor, pero tuvo asesoría de varios expertos, pero sí tenía una educación sobre la espacialidad. En sus esculturas, como también en su gráfica, Cuevas mostró un interés por explorar la diversidad de los géneros y lo híbrido, la mezcla entre lo bello y lo grotesco”, explica Reynoso Pohlenz, quien describe que las piezas que componen esta parte de la exposición están distribuidas por tamaño en distintas partes del museo.
“Siempre es importante revisar y releer las obras y las vidas de grandes artistas que, como Cuevas en la segunda mitad del siglo XX, se volvieron centrales. Aún faltan muchos otros reflejos que estudiar y mostrar de él, aún nos falta hablar del Cuevas escritor, del que fue figura pública y del gran partícipe del escenario de los grandes movimientos culturales”, finaliza.
“Reflejos de un legado”, se realizó para conmemorar los 32 años del Museo José Luis Cuevas, así como los siete años de la partida del pintor. Permanecerá abierta hasta octubre de este año.