¡Ten cuidado! Tortillas pirata: Qué contienen y cómo identificarlas
Las tortillas de maíz son el alimento predilecto de los mexicanos. Con ellas puedes realizar un sinfín de platillos: tacos, flautas, chilaquiles, enchiladas y un largo etcétera, lo que la hace un básico en la alimentación mexicana.
Sin embargo, debido a la inflación y el aumento en el costo de la producción de las tortillas de maíz, los establecimientos han elevado el precio del kilo de tortilla, afectando al bolsillo de las familias, lo que las orilla a comprar en el lugar que lo de a menor precio, sin tomar en cuenta de que podrían estar comprando “tortillas pirata”, que son tortillas que no cumplen con las medidas de higiene e ingredientes requeridos para su venta. Aquí te contamos cómo identificarlas.
¿De qué están hechas las “tortillas pirata”?
Las tortillas de maíz piratas contienen ingredientes que no son los que usualmente se emplean, esto, con el objetivo de reducir los costos de producción y reutilizar las mermas. Algunos de los ingredientes que contienen las tortillas piratas son:
Olote: Es el “corazón” de la mazorca y no aporta grandes nutrientes.
Maíz rezagado o de mala calidad.
Harina de maíz.
Grandes cantidades de cal.
Maíz cultivado con productos químicos prohibidos.
Sustancias para mejorar el sabor y eliminar la adulteración.
Incluso podrían ser hechas con agua no potable.
En el caso de las tortillas de maíz azul u otros colores, utilizan colorante.
Pueden añadir conservadores, blanqueadores saborizantes artificial, e incluso glifosato o aflatoxinas.
En contraste con las tortillas tradicionales que se hacen mediante un proceso de nixtamalización, las tortillas piratas se fabrican utilizando tortillas sobrantes de días anteriores que se sumergen en agua para luego incorporarlas a la masa y así generar más tortillas.
También le añaden grandes cantidades de cal a la mezcla para evitar que se haga mala y así permitir su venta para más días. Además, este procedimiento oculta los malos olores y sabores que surgen de la descomposición.
La producción de las tortillas piratas se da sobre todo en tortillerías o establecimientos informales, los cuales no cumplen con los requerimientos para la producción y venta de este alimento.
Los dueños de estos locales venden tortillas piratas con el objetivo de reducir los costos, ahorrarse unos pesos y utilizar la mayor cantidad de merma posible, todo esto, sin informar a los consumidores de ello.
¿Cuál es el peligro de comer “tortillas pirata”?
Debido a su precio, más bajo que el de las tortillerías y establecimientos formales, algunas personas optan por comprar las tortillas pirata (sin saber que lo son), pero esto representa un peligro para su salud, ya que como mencionamos anteriormente, contienen ingredientes que no cumplen con las condiciones de higiene y seguridad requeridas, según El director de la Facultad de Ciencias de la Nutrición y Gastronomía (FCNyG) de la UAS.
Algunas enfermedades que podrían desarrollarse por el consumo de tortillas pirata son, según el doctor Feliznando Isidro Cárdenas:
Gastroenteritis: debido a las malas condiciones de higiene en las que se producen las tortillas.
Intoxicación aguda.
En casos extremos, las intoxicaciones a largo plazo pueden producir cáncer.
Así puedes identificar si compraste tortillas pirata:
Tienen un mal olor o es diferente al de las tortillas de maíz.
Si el precio de las tortillas es demasiado bajo a comparación de las demás tortillerías y establecimientos de tu ciudad, podría tratarse de tortillas pirata.
La masa de las tortillas pirata es color blanco, mientras que el de las originales debe ser color crema por los pigmentos del maíz.
Su textura no es suave, gruesa ni consistente, en cambio, es muy rugosa, porosa o seca.
Se rompen y agrietan fácilmente cuando las manipulas.
No se inflan: si al calentarla no se infla en el comal, es una tortilla de mala calidad.
Al comerla, sabe a tierra, cal o a mucha sal.
Al guardarlas en una bolsa de papel dentro del refri, no se conservan hasta por tres días.