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Salman Rushdie ha sido presa de una persecución entre siglos

La vida del escritor Salman Rushdie tiene un precio impuesto por el Ayatollah Jomeini desde que publicó Los versos satánicos en 1989. Durante la última década del siglo XX y lo que va el siglo XXI, ha sufrido persecuciones y ataques de los que pudo salir bien librado. Hasta este viernes.

El agente de Rushdie, Andrew Wylie, dijo para el diario The New York Times que su condición es grave tras haber recibido una puñalada en el cuello y otra en el abdomen, pues tras la cirugía se encuentra conectado a un ventilador y que por el momento no podía hablar.

“Las noticias no son buenas. Salman probablemente perderá un ojo; los nervios de su brazo fueron cortados; y su hígado fue apuñalado y dañado”, lamentó.

Anteriormente, Wylie había publicado un comunicado donde informó que Rushdie fue trasladado en helicóptero al hospital Eire, en Pensilvania, e ingresado a cirugía, donde estuvo aproximadamente seis horas.

Afincado en Nueva York desde el año 2000, Rushdie iba a dictar una conferencia en un acto organizado por City of Asylum sobre su experiencia como artista exiliado en Estados Unidos, junto a Henry Reese, presidente de la organización y quien también resultó herido.

El escritor iba a comenzar la conferencia en el anfiteatro del centro cultural de Chautauqa, localidad al noroeste del estado de Nueva York, cuando fue atacado.

Carl LeVan, profesor de ciencias políticas que se encontraba en la sala, dijo que un hombre se lanzó sobre el escenario y mientras Rushdie estaba sentado, lo apuñaló violentamente varias veces y lo trató de matar.

El agresor fue detenido y se trata de un joven de 24 años de nombre musulmán, Hadi Matar, que residente en Nueva Jersey; sin embargo, hasta el momento no ha revelado los motivos de su ataque.

La trama que enfureció al Ayatollah Jomeini
“Su obra nos demuestra que la censura no debe prevalecer sobre la libertad de expresión. A pesar de que hubo numerosos intentos de atentado en su contra y varios ataques contra sus editores y traductores en el mundo, Rushdie no dejó de escribir con la misma capacidad literaria e incluso se lamentó de no haber sido más crítico contra los excesos religiosos al escribir Los versos satánicos“, dice en entrevista con El Sol de México el escritor Martín Solares.

“La historia de la amenaza de muerte contra Salman Rushdie y todas las implicaciones contra el derecho universal a la libertad de expresión las ha narrado el mismo Rushdie en su novela sin ficción Joseph Anton, donde cuenta cómo sobrevivió durante los primeros 13 años a la fatwa decretada por el Ayatollah Jomeini”, apunta Solares.

Con la publicación de su cuarta novela, Los versos satánicos, Rushdie, “fiel a su estilo literario, buscaba explorar los orígenes y los temas centrales de las culturas que lo han formado: la occidental y la musulmana”, abunda el escritor.

“En el capítulo segundo de este libro contó con recursos novelescos las leyendas, según las cuales el demonio intentó engañar a Mahoma y dictarle una versión distinta del Corán. Rushdie revivió a Mahoma en este siglo y contó el dilema de un hombre que debe decidir si estuvo en contacto con un demonio o con un ángel antes de dar a conocer esos capítulos, dictados por un ser sobrenatural”.

Sin embargo, agrega el autor de Los minutos negros, “la leyenda es tan conocida en el mundo islámico como las historias de los Evangelios apócrifos lo son en Occidente para los seguidores del cristianismo, pero el Ayatollah Jomeini, bien conocido por su intolerancia, no vio con buenos ojos que una novela se atreviera no sólo a mencionar la leyenda, sino a elegir un título que alude a ese hecho, y decretó que premiaría con tres millones de dólares a quien asesinara a Rushdie, además de prometerle el paraíso”.

“Este fue el inicio de una década terrible para Rushdie, pues desde entonces ha vivido bajo extremas precauciones, pero sin renunciar al ejercicio de su imaginación y su libertad”, expresa el escritor.

Y es que la imaginación no tiene freno, por más que la amenaza de censura aparezca, incluso, teñida de sangre.

Ha dejado de pensar en el Nobel
Salman Rushdie fue discriminado durante su juventud por su origen indio. Nació en Bombay el 19 de junio de 1947, en el seno de una familia adinerada con hábitos culturales musulmanes, pero laica.

Su padre le enseñó a entender el Islam más como una filosofía crítica que como una fe. El fundamentalismo nunca formó parte de su educación.

Maestro en Historia por el King’s College de la Universidad de Cambridge, Rushdie profundizó sus estudios en el mundo islámico.

La literatura fue el camino que encontró para dar salida a su pensamiento, impregnado con una irreverencia y un humor muy británicos.

Si bien ganó el Premio Booker por su novela Hijos de la medianoche (1981), la fama le llegó con la publicación de Los versos satánicos (1988).

No pasaron muchos meses para que el ex líder supremo iraní emitiera una fatwa en la que llamaba a todos los musulmanes del mundo a asesinarlo.

“Creo que el Nobel jamás va a cruzarse en mi camino… Por lo que todos sabemos”, respondió Rushdie ante la pregunta de un reportero español acerca de que cada año su nombre sonara entre los posibles ganadores del premio.

“¿Por miedo a los islamistas?”, cuestionó el periodista. “Sí, es algo sobre lo que sólo puedo hacer cábalas, algo en lo que he dejado de pensar”, agregó el autor.

Ha ganado decenas de reconocimientos en todo el mundo. En 1983 fue elegido como miembro de la Royal Society of Literature, en el Reino Unido, donde tiene grado de Sir por la realeza británica. En 1999 obtuvo el nivel de Commandeur de l’Ordre des Arts et des Lettres de Francia. En 2008, la revista The Times lo incluyó en su lista de los 50 mejores escritores británicos desde 1945. Ocupó el décimo tercer lugar.

Presencia virtual en México
Hace tres semanas Rushdie estuvo de manera virtual en Guadalajara: ofreció una conferencia sobre su obra y su defensa de la libertad de expresión dentro del programa Guadalajara Capital del Mundo, en cuya organización colaboró Martín Solares.

“Allí se refirió al problema de la violencia en México, al ascenso de la derecha a través de Trump en Estados Unidos y refrendó su defensa de la libertad de expresión”, comparte el escritor.

“La libertad tiene que ser una decisión, tenemos que escribir desde la libertad”, dijo Salman Rushdie en aquel encuentro.

“En 1989 Inglaterra reaccionó de inmediato y ofreció protección a Rushdie. La pregunta ahora es qué harán los Estados Unidos para asegurar el derecho a la vida y a la libertad de expresión de este autor indispensable”, concluye Solares.